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12 octubre 2025

Culatra y Farol, en el PN da Ria Formosa


Este año regresamos al Algarve, por el área de Faro. Nuestra base para conocer el parque natural de la ría Formosa volvió a ser la población de Olhão. Esta localidad se halla cerca de Faro. No es grande. Está diseminada a lo largo del litoral y por esa razón no se aprecia un exceso de turistas en septiembre. Supongo que en agosto debe ser otra cosa dado que proliferan los alojamientos y existen un buen número de restaurantes.


Olhao permite realizar muchas excursiones. De hecho, hay un pantalán donde salen los barcos que conectan esta zona con las islas de Armona y Culatra. Las islas son unas barreras naturales que protegen esta costa portuguesa. Forman parte del parque natural de la ría Formosa. Un ecosistema rico en biodiversidad. Se trata de islas de poca altura, pero con extensas playas de arena de un color dorado claro que tira a plata. El año pasado visitamos varias veces la ilha da Armona. Está a apenas 15 minutos en ferry. Nos quedó por conocer la ilha de Culatra y Farol y eso hemos hecho este año. Ir a Culatra y bañarnos en la extensa playa de Farol. Sin embargo, la isla dispone de dos zonas más de baño una a la altura del poblado de Hangarés y otra detrás de la localidad pesquera de Culatra.
 

Nuestro alojamiento, EntreCubos, estaba en el lugar que nos gusta más, al lado de la Avenida da República. Un apartamento cómodo y limpio, en una calle tranquila. Un apartamento muy bien acondicionado para pasar largas temporadas. Su cercanía al centro histórico nos permitía llegar en un momento, tanto a la zona del mercado como a la del pequeño puerto. Desde allí salen los barcos a la ría de Formosa.
 

Los ferries que salen desde Olhão a Culatra y Farol tardan 45 minutos en realizar el trayecto. De hecho Farol está mucho más cerca de la ciudad de Faro que de Olhão, pero el viaje en ferry es muy entretenido y pasas por una zona de pesca muy bonita. Cambia con las mareas y eso le hace tener un atractivo mayor.


El ferry atraca en la población de Culatra. Un pequeño pueblo en el cual viven todo el año pescadores y sus familias, y también atraca en Farol. Nosotros nos decantamos por visitar la playa de Farol. por ser la punta final de la isla. La isla de Culatra  mide 7 kilómetros de largo y en alguna zona 1 kilómetro de ancho. En realidad es una franja larga de arena que protege y enriquece este litoral portugués.
 

La playa de Farol es larga y de arena tostada. La zona más cercana al faro dispone de chiringuitos, bares, tumbonas y hamacas. Toda está área geográfica tiene protegido su espacio de dunas. Existen caminos habilitados para caminar entre las dunas. Es un entorno frágil que hay que proteger. Por descontado, no hay carreteras asfaltadas, ni coches. La playa de Farol es maravillosa tanto con la marea baja como con la marea alta.

30 septiembre 2025

Almyros, al norte de Corfú


Almyros es una playa situada al norte de Corfú muy cerca de las poblaciones de Achavari o Roda. De hecho, Almyros forma parte de la continuación por el litoral de Achavari.


Si buscas tranquilidad en un entorno casi rural, Almyros es sin duda una buena opción. La playa es apta para la natación, así como para otros deportes relacionados con el mar. Es una larga playa de arena tostada con zonas y espacios de rocas y grava. Su amplitud hace que encuentres a finales de junio poca gente en la playa. No hay sombras por esa razón es aconsejable llevar una sombrilla o alquilar hamaca y parasol en uno de los chiringuitos que hay a lo largo de la playa. Nosotros elegimos el Elia Market porque sus parasoles son tupidos y cubren bien del sol y sus hamacas son cómodas. Desde allí se puede caminar hacia el norte a Thinali, al lago Antinioti y a la playa de Gialiskari.


A nosotros nos pareció un lujo poder estar casi solos en un entorno paisajístico como este. Tan peculiar y lejos del impostado entorno de las playas más bulliciosas de las costas mediterráneas, como las de Marbella en Málaga o algunas playas de Ibiza o la de Pampelonne en Saint Tropez. Aunque cada playa es única y diferente. Las que son más famosas y bonitas suelen ser inevitablemente las más concurridas.


En apenas tres años, han construido en esta zona de Almyros un buen número de apartamentos y unos cuantos hoteles tipo boutique. Hoteles con pocas habitaciones y bastante lujo para esa zona del norte de Corfú. Estos hoteles cumplen en teoría normas medioambientales y están integrados con el paisaje. También, hay una buena oferta de alojamientos tanto de apartamentos familiares como de pequeños bungalós que amplían la oferta para todos los bolsillos. Era cuestión de tiempo que una zona costera tan salvaje como la de Almyros fuera codiciada por muchos.


El mar en Almyros es de un azul vibrante, sobre todo en verano en los días un poco ventosos y limpios de nubes.


Me gustó Almyros por su ambiente relajado, calmado y disfrutón. No hay mucho que hacer allí, descansar, leer, andar, nadar, ir en bicicleta (hay muchos caminos) contemplar el mar y relajarte. Más mediterráneo no puede ser, aunque tenga un poco del mar Adriático y mucho del Jónico.

14 septiembre 2025

Lakka, en Paxos


Elegimos Lakka como base para conocer la isla. Fue una elección muy acertada. Aunque supongo que la suerte tuvo mucho que ver. Nuestro alojamiento, Limani Studio número 1, era excelente, sobre todo por las vistas al paisaje. La decoración era sencilla y práctica, sin grandes lujos. Ubicado en una colina, disponía de grandes ventanales que daban a la bahía. Las vistas son panorámicas y diferentes según las horas del día. Eso sí, las escaleras hasta llegar al alojamiento son empinadas y numerosas, para nosotros no supuso mayor inconveniente, pero para otras personas, sí les puede parecer un obstáculo.


El apartamento estaba lo suficientemente alejado del bullicio. Sólo dos noches percibimos ciertos rumores de fiesta en uno de los bares de la zona del puerto, donde se reúnen los ocupantes de los veleros y catamaranes que atracan en la bahía. El resto de días, dormimos con los ventanales abiertos y el ruido era inexistente. Ni siquiera oíamos el sonido del mar, que teníamos allí mismo, porque la bahía de Lakka es muy cerrada.


Todo un gustazo dormir sin aire acondicionado, y no sentir ni calor, ni ruidos. Fue un destino calmado. a pesar de ser el lugar de reposo y de reunión de infinidad de barcos de recreo que toman la recogida bahía de Lakka como lugar de descanso, sobre todo para repostar en sus comercios y para cenar en los buenos restaurantes que hay en la villa.

Lakka es el segundo puerto más importante de Paxos, después de Gaios, la capital, y lo es por estar protegido de los vientos del noroeste, oeste, sur y este.


En esta localidad se vive todo el año. Disfrutan de escuela, farmacia, comercios, supermercados, agencias de viajes, cafeterías, restaurantes e incluso de dos estupendas panaderías. Una de ellas también es pastelería. Todo ello compactado en el centro de Lakka lo que facilita la vida a sus habitantes. También, cuentan con un buen servicio de autobús local que une Lakka con Loggos (Longos) y Gaios aunque, si lo solicitas, puede efectuar paradas intermedias en las poblaciones de Platanos y Magazia, por ejemplo. El precio del billete nos pareció más que razonable. También alquilamos un día un vehículo en una agencia de viajes en Lakka (llamada Routsis-holidays) y la experiencia estuvo muy bien. Visitamos el sur de Paxos, dado que únicamente puedes llegar allí con transporte propio o en barco.


Pese al número, a veces excesivo, de barcos de recreo, veleros y catamaranes que atracan en la bahía de Lakka, la playa de Lakka, Harami, es preciosa y está limpísima. Sus aguas son de un azul celeste caribeño y son calmadas. Me pareció una playa maravillosa. El único inconveniente que aprecio son los grandes guijarros que encuentras antes de la entrada al agua, una vez en el mar todo el fondo marino es de fina arena blanca. Una gozada. Flotar o nadar allí es una relajante experiencia.


Una de las calas a las que se puede ir andando desde Lakka está justo detrás de la playa de Harami. Desde esta playa sale un sendero que sube la colina hasta llegar a la otra vertiente de la loma. Después, se baja por un estrecho camino que va a dar al mar. Allí hay una pequeña playa rocosa, Boursanas, con acantilados que dan sombra. Allí es mar abierto y más difícil entrar y salir que en la playa de Harami. Con todo, merece la pena ir hasta allí. Las aguas son más frías que en Harami y en verano se agradece el frescor y el mar es transparente. Desde allí vimos pasar muchos barcos y también dos grupos diferentes de nadadores que entrenaban en esas aguas.